Work as a Remedy Good Practices Book ES

Con cada desafío, Michaela demuestra que la fuerza no siempre se mide físicamente, sino por el corazón. Su resistencia, optimismo y pasión por seguir adelante son un ejemplo de cómo afrontar la vida, incluso cuando el camino se vuelve difícil. Durante 15 años, la Sra. Michaela, de 51 años, trabajó en los servicios sociales, donde se ocupaba de los ancianos. Disfrutaba y amaba su trabajo, pero desgraciadamente no pudo continuar debido a muchos problemas de salud. «De repente tuve más problemas de salud, una rotura de tendón en el hombro, una operación de hernia inguinal, me dolía mucho la espalda, tenía una hernia discal detrás del cuello, problemas lumbares y artrosis. También tengo una enfermedad degenerativa, la columna mal y el síndrome del túnel carpiano. Estoy en tratamiento en hematología, donde se descubrió el aumento de los valores de los análisis de sangre. Eso podría indicar leucemia, que afortunadamente no se confirmó. Sin embargo, todos estos aspectos conducen naturalmente al miedo, la duda y la incertidumbre, a veces era demasiado para soportarlo. La situación fue empeorando y acabó llevándome al psicólogo. Al principio me resistí, pero la terapia me está ayudando mucho», dice Michaela, explicando muchos de sus problemas de salud que la han atormentado durante mucho tiempo. Michaela se enfrentó a importantes dificultades físicas tras años de trabajo en servicios sociales, como levantar cargas pesadas y una lesión en el hombro causada por un accidente laboral, que lamentablemente no denunció. A pesar de estas dificultades, su trabajo con los ancianos la llenaba de alegría y estímulo. Tras un año tratando de curar su hombro y solicitando sin éxito una pensión de invalidez, sus problemas de salud acabaron impidiéndole volver al trabajo. Tuvo que dimitir y darse de alta en la Oficina de Empleo. M i c h a el a , 51

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