Work as a Remedy Good Practices Book ES

A pesar de las dificultades, comprendí que era posible llevar una vida plena y productiva. La clave estaba en adaptarme, aprovechar mis puntos fuertes y reconocer que cada paso adelante, por pequeño que fuera, era una victoria en sí misma. Esta experiencia me ayudó a recuperar la confianza en mí misma y a comprender que la productividad no siempre significa seguir el ritmo de los demás. Me di cuenta de que mi valía no venía determinada por la velocidad a la que trabajaba o por lo mucho que podía soportar físicamente, sino por la dedicación, el esfuerzo y la resistencia que aportaba a mi trabajo. En mi nuevo trabajo, me di cuenta de que tenía derecho a expresar mis necesidades y establecer límites. Aprendí a comunicar lo que podía y no podía hacer, y empecé a sentirme mucho más eficiente al ver que se valoraba mi trabajo, aunque necesitara descansos y tuviera que trabajar a mi ritmo. Todos experimentamos altibajos, pero la clave está en no estancarse en los momentos difíciles. Los retos pueden obligarnos a adaptarnos, pero siempre hay un camino a seguir. Incluso cuando la vida da un giro inesperado, podemos encontrar nuevas formas de crecer, contribuir y redefinir nuestro propósito. Lo más importante es la resiliencia, la capacidad de seguir adelante, aunque sea a nuestro propio ritmo. Al reconocer mis propias limitaciones y defender mis necesidades, aprendí a trabajar de una forma que se adaptaba a mi condición sin dejar de contribuir de forma significativa. Dejé de compararme con los demás y empecé a centrarme en lo que podía conseguir dentro de mis propias capacidades. Este cambio de perspectiva me permitió ver que el progreso no siempre tiene que ver con la velocidad o la resistencia, sino con encontrar formas sostenibles de avanzar.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjQzMTQ4